jueves, 26 de noviembre de 2009

Entre verso y verso comparto dos alegrías

Durante la semana que pasó se comunicaron conmigo dos bellas damas y cada una a su manera, tuvieron para conmigo un generoso gesto de ternura; cronológicamente la primera fue Ana María Garrido, locutora, poeta y periodista, que conduce todos los domingos de 18 a 20 horas, por la FM Raíces 88.5 (www.raíces885.com) el hermoso programa “Calidoscopio”; pues bien, virtualmente dio con mis poemas y poniéndose en contacto me propuso recitar alguno de ellos en su espacio radial (escogió para ello Voy a la lluvia, Tarzana, Vienes y las dos versiones de Lola)
Les adjunto el audio de Voy a la lluvia, con la intención de compartirlo con todos ustedes.

Días más tarde, fue la poeta y abogada Rafaela Pinto, quien también, conocedora de mi obra, quiso publicar alguno de mis sonetos en la Página virtual de la que ella es columnista, denominada “Medios en la Red” (http://www.mediosenlared.com)
Desde el link que les dejo pueden ver sobre el margen inferior derecho de la Página, las afectuosas palabras que me dedicó. Aquí planteo la salvedad de que dicho material se mantendrá en línea hasta el sábado que viene, porque luego el sitio se renueva. (a los que lleguen tarde, pueden acceder al cuadrado negro de letras blancas que figura al final de la Página, en donde se puede ver un “Archivo de Columnistas”, allí clikeando “Rafaela Pinto” podrán ver las notas anteriores.

Sólo me resta expresar mi inmenso agradecimiento a las dos niñas, por alegrar esta semana que empezó gris y lluviosa y terminó a sol radiante. Sobre el margen derecho del Blog, debajo de la foto donde se me ve "morocho y buen mozo", les dejo el enlace de la nota de Rafaela Pinto.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Luna de entonces



Luna de entonces,
gota de bronce
sobre la mesa,
pena que brilla
desde la orilla
de una promesa;
sal a mis pasos
por el ocaso
de rubios cielos,
ven a mi vida,
cierra la herida
del desconsuelo;
redondo luto,
breve minuto
de largas horas,
boca cobarde,
de tarde en tarde,
que me enamora;
blanca de tiza
por la cornisa
del desencanto,
honda de amores,
no te demores,
¡Te quiero tanto!