Palabras viejas
de oronda arquitectura,
argucia de guardar con cerradura
el mar en las botellas.
Utopías de rayos y centellas
de apagado fulgor, literatura,
vigilia de un hastío que conjura
el pálido carmín de las estrellas.
Y tú, lejos de mí, te desencantas
de las penas que tercas y que tantas
no dejan de doler.
Marchita de escuchar palabras viejas
que te cercan de abismos y de rejas,
como quien oye llover. ©
Del libro Oceanario.
Fotografía: Ana Morosini
Recitado en el Manzi y en el Montserrat.